Siete de cada diez camareras de piso consumen fármacos de manera habitual para paliar el dolor muscular. Esta es una de las conclusiones que este martes se hicieron públicas en una jornada organizada por el sindicato Comisiones Obreras en Ibiza titulada La salud laboral de las camareras de piso. Este mismo estudio se presentará este miércoles en Palma y este jueves en Menorca.
Las causas de este «elevado» consumo de fármacos y psicofármacos, que las trabajadoras toman con el objeto de paliar sus dolores musculares y rebajar el nivel de ansiedad, son las condiciones laborales y la fuerte carga de trabajo, con una media de 20 o 25 habitaciones por día, camas y colchones cada vez más grandes, carros muy pesados que deben desplazar sobre moqueta o la ausencia de descansos.
Respecto a las formas de medicarse, la campaña ha puesto de manifiesto que las camareras de piso presentan «policonsumo», ya que unos medicamentos les llevan a consumir otros para paliar los efectos no deseados que les causan los primeros.
Entre los fármacos más consumidos están los relajantes musculares, los analgésicos y los antiinflamatorios, que les permiten aliviar el dolor muscular, y los ansiolíticos, que toman para reducir el estrés y la ansiedad derivadas de la elevada carga de trabajo. Asimismo, se ha detectado que toman protectores gástricos para paliar los efectos de los primeros.
Por otro lado, el estudio ha revelado que la mayoría de fármacos no son recetados por un profesional, sino que se los recomiendan y se los proporcionan unas a otras.
La secretaria general de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras en Baleares, Silvia Montejano, consideró que la solución está en romper «la estacionalidad» laboral a fin de que los hoteles puedan disponer de una plantilla estable –no de temporada– que redunde en una carga de trabajo «adecuada» para las camareras de piso. «No se puede pedir a las camareras de piso que hagan en ocho horas un trabajo que requiere diez», indicó.
En este contexto, CC OO demandó nuevamente la realización de inspecciones que saquen a la luz «las verdaderas condiciones» de las camareras de piso y que se dote el colectivo de una Guía Práctica de Salud Laboral.