La decisión del presidente norteamericano Donald Trump de reactivar la ley Helms-Burton al acortar los plazos de prórroga, de seis meses a 45 días, ha generado la alarma en el Gobierno cubano que preside Miguel Díaz-Canel, ya que abre la puerta a una avalancha de reclamaciones de propiedades expropiadas tras la caída del dictador Fulgencio Batista a cubanos que tuvieron que emigrar a Miami por la llegada de la revolución castrista, según informa la agencia ruso-cubana Sputnik.
La medida afecta de lleno a las cadenas de Baleares presentes en Cuba, en concreto en La Habana y Varadero, los dos enclaves con mayor numero de hoteles vacacionales, ya que muchos de los solares en los que se ubican fueron expropiados en el período 1959-70 por el Gobierno cubano presidido por Fidel Castro. La propiedad de estos solares es lo que reclaman sus propietarios
El presidente Miguel Díaz-Canel ha avisado de este cambio de estrategia del Departamento de Estado americano a las cadenas hoteleras españolas que gestionan hoteles en Cuba, entre ellas de Baleares, ya que van a recibir notificaciones de Washington de cubanos que van a solicitar cuantiosas reclamaciones. Al mismo tiempo, con el cambio de estrategia Estados Unidos pretende prohibir a quienes explotan dichos bienes todo tipo de beneficio que proceda de los mismos.
Listas negras
La Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio siempre se han posicionado a favor de los intereses de las empresas españolas y europeas. Sin embargo, de forma periódica, sale a colación las ‘listas negras' de Washington para tomar acciones punibles contra las empresas que siguen invirtiendo en Cuba. En estas listas siempre aparecen, entre otras, Meliá, Iberostar, Barceló y Blau Hoteles.
No es la primera vez que Estados Unidos presiona a las empresas extranjeras que invierten en Cuba. En 2005, el Departamento de Estado remitió cartas a las cadenas hoteleras de Baleares amenazándoles de tomar represalias por gestionar complejos turísticos.
El ministro de Turismo cubano, Manuel Marrero, apuntó entonces que su Gobierno ofreció en su día pagar a los propietarios americanos afectados por las expropiaciones y criticó abiertamente la estrategia de Washington por endurecer el bloqueo económico para «estrangular la economía cubana».
Al mismo tiempo, las cadenas hoteleras españolas a lo largo de los últimos veinte años han llegado a acuerdos con algunas cubanos residentes en Miami propietarios de solares para evitar problemas a largo plazo, aunque también es cierto que las pretensiones económicas de algunos de ellos ha impedido cerrar más operaciones.
Las hoteleras de Baleares guardan silencio y esperan que la evolución de los acontecimientos no vaya a más, aunque el presidente Trump va a endurecer más su bloque a Cuba de cara a las elecciones presidenciales en noviembre de 2020.