Aumenta el volumen de basura recogida de forma selectiva, pero también lo hace la que llega a la planta incineradora y que el año pasado fue de 562.142 toneladas. Apenas es un 1,5 por ciento más que un año antes, pero es suficiente para alejar por ahora la posibilidad de plantear el cierre de los dos primeros hornos que entraron en funcionamiento.
Las previsiones del plan director apuntaban a un progresivo descenso del volumen de residuos que no se reciclan en paralelo al aumento del reciclaje, pero la realidad no ha sido así. La basura que acaba en la incineradora no ha dejado de crecer en los últimos años tras un ligero parón durante la crisis económica.
Sin importación
El resultado son esas 562.142 toneladas de basura que acabaron incineradas sin que en esta ocasión se haya producido un aumento producto de la importación de residuos ya que no ha existido.
La producción global de residuos también ha aumentado y las distintas plantas que gestiona Tirme trataron el año pasado 734.068 toneladas. Es casi una tonelada por habitante, es decir, mil kilos de basura al año por cada residente, un volumen muy superior al de otras comunidades autónomas ya que parte de estos residuos los generan los turistas que vistan las Islas. Este año en verano se ha producido un ligero descenso, compatible con el descenso de visitantes, pero en octubre y noviembre aumentó con respecto a 2017, según los datos oficiales.
Más de un 10 por ciento de los residuos totales que llegaron a los hornos de la planta incineradora proceden del propio tratamiento de residuos de Tirme ya que el año pasado entraron en el sistema 62.443 toneladas procedentes de Mac Insular. Esta empresa gestiona el tratamiento de escombros de obra pero, durante el proceso de selección de los materiales, siempre aparecen residuos no reciclables que acaban en la incineradora.
Son esas 62.443 toneladas, aunque en este caso sí se produjo un descenso con respecto a 2017, año en el que entraron en la incineradora 63.752 toneladas, un 2,1 por ciento más.
Este descenso puede ser atribuible al descenso en las obras de reforma de los establecimientos hoteleros de las Islas. Estas obras provocaron un aumento en la generación de escombros y de material de desecho que llegaron a Mac Insular y Tirme.