El empresario, banquero y jurista Miguel Nigorra Oliver ha fallecido en la madrugada de este jueves a los 89 años. Fue presidente del Banco de Crédito Balear, jurista y registrador, empresario ligado a la construcción sobre todo en Calvià y presidente del Club de Golf de Santa Ponça.
Pero por encima de todo, fue un reflejo de su época, marcada por las contradicciones, las pugnas y las tensiones y que, en su conjunto, dieron como fruto la total transformación de Mallorca, que pasó de ser una tierra ligada a la agricultura y al contrabando a un referente turístico mundial.
Era originario de Santanyí, nieto de guardia civil e hijo de farmacéutico. Se casó con una sevillana, Corona Cobián. Su padre, Joan, pudo poner una farmacia en Santa Maria hace ahora casi un siglo gracias a las diez mil pesetas que le prestó Joan March Ordinas. Una vez establecido, March fue a verle al pueblo y le pidió que encabezase su partido en la localidad. Así iban las cosas en aquella época, que cambió con la Guerra Civil y se transformó por completo con la recuperación de la democracia en 1977. Miguel Nigorra lo vivió con intensidad y como actor de primer nivel.
Siempre le gustó ser un personaje influyente de la realidad que le envolvía. Trabó una gran amistad con el canciller austríaco Bruno Kreisky, que veraneaba en la Costa den Blanes. Y en diciembre de 1984 fue el anfitrión de un encuentro histórico entre Felipe González, Muamar El Gadafi y Kreisky en su casa de Santa Ponça.