La doble campeona olímpica en vela, Theresa Zabell, declaró este miércoles ante el juez que su nombre fue utilizado por la empresa que ganó el concurso de Calanova cuando ella ya se había desmarcado del proyecto y que se sintió «engañada». La regatista compareció en el juzgado de Instrucción 3 de Palma en la primera jornada de testificales por las posibles irregularidades en la adjudicación del contrato durante el mandato de Carlos Delgado como conseller de Turisme.
Zabell formaba parte del accionariado de Olimpic Port Calanova, la empresa que ganó el concurso, cuando esta sociedad se constituyó. Este miércoles señaló que toda su participación vino a través de su marido. En torno al mes de mayo de 2013 explicó que vieron cosas raras en torno al proyecto y que les pareció «especulativo» por lo que decidieron desmarcarse. Sin embargo, su salida no se plasmó hasta octubre, cuando el concurso ya se había adjudicado. La presencia de la doble medallista de oro sirvió para avalar la capacidad técnica de la empresa que se había constituido unos días antes de que se convocara el concurso para privatizar el puerto.
Por su parte, la técnico del Govern que tenía que actuar como secretaria de la mesa explicó su posición contraria a la adjudicación. Port Olimpic había presentado una oferta por una cuantía muy superior al resto de concursantes pero porque incluyó una modificación de los amarres que el resto sostenía que no estaba contemplada en las bases. La testigo señaló que votó en contra porque le urgieron un voto y no tenía tiempo de estudiar el expediente.
Fue ascendida tras manifestar esta posición crítica y no volvió a intervenir en el proceso de adjudicación. En una línea similar, el representante de Capitanía marítima mostró sus dudas sobre el proyecto y dijo que se abstuvo por su relación de amistad con el contramaestre de Calanova.
También comparecieron la exmujer de Carlos Delgado y de su actual socio y administrador de la empresa que ganó el concurso, Carlos Gelabert. La del segundo se reafirmó en lo que ya había declarado ante la Guardia Civil: que, durante todo el proceso, existía una comunicación fluida entre el entonces conseller y el aspirante al contrato y que empleaban medidas de seguridad para evitar pinchazos telefónicas. La expareja de Delgado fue más tibia y señaló que los encuentros se produjeron por la amistad de Gelabert con uno de los hermanos del conseller. Admitió que Gelabert regaló un cuadro a Delgado y un viaje a Londres.