El Govern balear ha aprobado este viernes el decreto de conservación para proteger los 650 kilómetros cuadrados de posidonia marina que hay en aguas de Baleares, por lo que las islas «se convierten en pioneras en Europa» en la salvaguarda de esta planta marina.
En Baleares se encuentra el 50 % de la posidonia que hay en las costas españolas, ha destacado este viernes tras el Consell de Govern el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, que ha expresado su satisfacción por la aprobación de este decreto que recoge sanciones que van de los 100 euros a los 2 millones.
«Hoy es un día muy importante» para las Islas Baleares, por la protección de esta planta fanerógama marina endémica del mar Mediterráneo de una importancia «biológica extraordinaria» con extensas praderas en torno a las Islas Baleares, ha declarado.
Se trata de la vegetación marina más extendida en fondos litorales de Baleares, que se localiza entre los 0 y 35 metros de profundidad y que llega hasta 43 metros en el Parque Nacional Marítimo Terrestre del Archipiélago de Cabrera.
Vidal ha reseñado que, con este decreto de protección, las Islas Baleares son «pioneras» en Europa por el hecho de garantizar la conservación de esta planta.
El conseller ha querido reseñar que la comunidad autónoma dispone desde «hace solo dos años» de un dispositivo exclusivo para la protección de la posidonea y vigilar los fondeos de los barcos. «Nunca han existido tantos recursos para la protección de la posidonia», ha reivindicado.
Prohibiciones
El decreto prohíbe la pesca de arrastre, las extracciones de áridos, el vertido de materiales dragados y el fondeo incontrolado. Asimismo, se incluyen dentro de este régimen las instalaciones de acuicultura nuevas, los emisarios submarinos nuevos y obras nuevas en aquellos casos en que la tramitación ambiental correspondiente determine que puedan tener efectos negativos sobre la posidonia.
También se regula el uso que debe hacerse de los restos de posidonia. Se prohíbe la retirada, la posesión, el transporte y el uso de restos de posidonia muerta en las playas naturales sin servicios, a excepción de las prácticas destinadas a usos tradicionales y con métodos manuales.
En cambio, se puede autorizar en las playas naturales con servicios determinando el método y las zonas de extracción, de acuerdo con las características ambientales y geomorfológicas del lugar.
En cuanto a las playas urbanas,y por razones socioeconómicas, se permite su retirada siguiendo el manual de buenas prácticas que recoge el mismo decreto.
Por otra parte se crea, con carácter de órgano colegiado, el Comité Posidonia, un comité asesor permanente con representación de las administraciones y los sectores interesados que se reunirá, como mínimo, una vez cada seis meses.
El decreto establece que la conselleria debe cartografiar las praderas de posidonia existentes en el ámbito de las Islas Baleares, de acuerdo con la mejor información técnica y científica disponible.
Las delimitaciones cartográficas y su catalogación serán incorporadas a sistemas de información accesibles a los navegantes y al público en general y a las cartas náuticas.
El régimen sancionador se establece por medio de la Ley para la conservación de los espacios de relevancia ambiental (LECO) y por la Ley 42/2007, de patrimonio natural y de la biodiversidad.
En el primer caso, las sanciones pueden ser de 100 a 450.000 euros, mientras que la normativa estatal recoge multas de 100 euros a 2 millones de euros.
Por otra parte, el decreto también prevé la creación del Fondo Posidonia, que se nutrirá de las aportaciones que haga la comunidad autónoma, otras administraciones, empresas, asociaciones, etcétera, y de las medidas compensatorias de actuaciones que afecten a la hábitat y la especie.
También se establece la continuación de la tarea informativa y de concienciación, además de la elaboración de un plan de seguimiento del estado general de las praderas.