La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, se ha interesado este miércoles en Palma por la situación laboral de las camareras de piso de la hostelería, conocidas como «kellys», y ha explicitado su compromiso de trabajar por el reconocimiento oficial de las enfermedades profesionales.
En declaraciones a los periodistas, Valerio ha anunciado la convocatoria, si es posible este mismo mes de julio, de la mesa por la calidad en el empleo en el sector del turismo. Entre los objetivos figura analizar qué dolencias y enfermedades pueden ser reconocidas como enfermedades profesiones.
Valerio se ha referido al propósito de los gobiernos central y balear de luchar contra la precariedad laboral y el empleo abusivo de ciertas figuras contractuales como el contrato a tiempo parcial o los falsos autonómicos, o emplear de manera fraudulenta los contratos temporales.
Valerio se ha reunido esta tarde en el Club Náutico del Arenal con representantes sindicales del sector de la hostelería de Baleares en un encuentro al que han asistido la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y el conseller balear de Trabajo, Iago Negueruela.
Por su parte, la secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO de Baleares, Silvia Montejano, ha mostrado su satisfacción porque se puede producir un «avance» en la situación laboral de las camareras de piso.
Por otra parte, la ministra ha resaltado la firma y el contenido del convenio de hostelería de Baleares y ha apostado por un «reparto justo y la redistribución de la riqueza». «Si hay crecimiento de las rentas empresariales, tiene que haber crecimiento de la rentas salariales», ha sostenido la ministra, que ha reivindicado un «empleo justo, digno, de calidad y bien retribuido».
Desde UGT en Baleares, Antonio Copete le ha explicado a la ministra las «cargas de trabajo» que tienen los empleados del sector de la hostelería y ha mantenido que el reconocimiento de las enfermedades profesionales es primordial para «dignificar el sector».
Otro elemento «fundamental» que ha trasladado a la ministra es la posibilidad de la jubilación parcial a los 61 años, algo que hoy en día solo es posible para los empleados fijos continuos, pero no para los discontinuos.