Si en la década de los setenta los hoteleros mallorquines pusieron su pica en el Caribe, especialmente ahora se mira hacia Asia como todo un desafío de cifras mastodónticas. En el debate final moderado por Paula Serra, editora de El Económico, tres profesionales con amplia experiencia en el continente asiático dieron las claves de la explosión económica de esa región, que tiene sus diferencias sustanciales respecto a la región caribeña. «Si no estás en Asia no entiendes el siglo XXI», explicó Alfonso Ballesteros, director general de la Cámara de Comercio de España en Hong Kong.
El epicentro económico se está desplazando del Atlántico al Pacífico y es ahí donde se juega el partido de la economía mundial. Precisamente Meliá fue una de las cadenas pioneras que hace décadas incursionó en el Caribe para abrir nuevos destinos turísticos. Cuarenta años después, la cadena mallorquina cuenta con 44 hoteles operativos en Asia o en proceso de preapertura, y en cinco años prevé doblar su número de camas respecto a las que posee en el Caribe.
Crecimiento local
María Zarraluqui, directora de Expansión Internacional de Meliá, expuso las claves que se han tenido en cuenta en su expansión asiática: «Hemos llevado a cabo un crecimiento local. Tenemos oficinas en China e Indonesia y para gestionar la realidad del país contamos con un 70 por ciento del personal local». Pero si en el Caribe había una conexión histórica, idiomática e incluso en ciertas costumbres, aquel español que desembarca en Asia debe conocer aspectos como el idioma local y costumbres, poseer capacidad de adaptación en entornos flexibles y llevar a cabo planes a medio plazo que muestren perseverancia, con lo que podrá ganarse la confianza local.
«Hay oportunidades. Hay que ir sin miedo, con una pizca de inconsciencia y mucho respeto», señaló Pep Vich, de CMV Architects, arquitecto que ya lleva diez años en la zona firmando proyectos hoteleros. Pioneros en la región, destacó la dureza de sus primeros años por la desconfianza inicial. Vich mencionó la incursión de «los ?pistoleros?, empresas españolas que van allí dos días y rompen los precios». Una estrategia que no da resultados.
Mercado turístico
«Ahora los mendigos de China piden limosna y te piden el pago con QR», señaló Alfonso Ballesteros. Es una anécdota pero ilustra a la perfección el salto tecnológico que en pocas décadas ha dado la región asiática, donde el pago por móvil es predominante.
Pero Asia no debe entenderse sólo como un destino para el desmebarco empresarial balear. También supone un importante abanico de turistas que pueden venir hacia nuestras Islas: «Ahora viajan por su propio continente pero tienen mucho interés por otros mercados. A España llegaron 400.000 chinos en 2016», desgranó María Zarraluqui.
Pero es una cifra que podría crecer ya que la cifra de 120 millones de chinos que viajan al extranjero se disparará a 250 millones en los próximos años, según las previsiones. Y Balears podría salir beneficiada.
Serra y Armengol apuestan por un crecimiento con sentido común
Pese al optimismo que se respira en las previsiones económicas, Carmen Serra, presidenta del Grup Serra, destacó que «el futuro nos plantea importantes desafíos a corto, medio y largo plazo». Planteó, además, la necesidad de «aprender del pasado pero sin olvidar la reciente crisis».
Por su parte, Francina Armengol hizo hincapié en la necesidad de crecer, «pero si no se distribuye lo que se crece, no es suficiente». La presidenta del Govern demostró tener un discurso económico muy interiorizado, que desgranó sin papeles. Enfatizó que con el diálogo, el consenso y la capacidad de acuerdo de toda la sociedad civil, «conseguiremos avances importantes». Y puso como ejemplo el convenio de hostelería. Para que Balears sea una sociedad competitiva y cohesionada, su apuesta es «la educación, la innovación -pero ligada a la mediana y pequeña empresa- y la sostenibilidad».