La Conselleria de Educació recomienda a los centros educativos que los deberes que se manden a los estudiantes para hacer en casa no les supongan más de una hora al día en los últimos cursos de Primaria, y que al finalizar la etapa de Secundaria no tengan que dedicarles más de dos horas por jornada.
El departamento que encabeza Martí March ha dirigido a colegios e institutos un documento con orientaciones para tratar de establecer una línea común sobre los deberes basadas en la premisa de que el trabajo en casa no genere desigualdades entre los estudiantes con mayores recursos y nivel socioeducativo en sus familias y quienes tienen menos apoyo en casa.
Según ha informado Educación en un comunicado, las tareas escolares para casa «deben tener como finalidad potenciar la autonomía y responsabilidad del alumnado, ayudar a crear hábito de trabajo y de estudio, reforzar las actividades del aula, favorecer el trabajo colaborativo y en equipo y mejorar la comunicación con las familias».
En el documento se aconseja que los docentes responsables de cada grupo de alumnos coordinen su programación de los deberes «para no sobrecargar al alumnado».
Se ofrece a los centros un cuadro comparativo de la política de tareas escolares fuera de los colegios en diferentes países, que coinciden en la introducción paulatina del trabajo en casa desde la etapa de Primaria hasta el final de la Secundaria.
Además de los máximos recomendados de 1 hora diaria en Primaria y dos en Secundaria, Educación aconseja «respetar los periodos de descanso» de los alumnos en fines de semana y vacaciones, y evitar que los deberes sean una mera repetición de lo que se haya hecho en clase.
«Se tendrá que tener en cuenta que un volumen excesivo de deberes puede tener como consecuencia un aumento de la desigualdad educativa», incide la Conselleria.