Lo que tenía que haber sido un inicio de vacaciones de película en Islandia se convirtió en una auténtica odisea para una veintena de mallorquines que vieron cómo un trayecto de cuatro horas, de Barcelona a Reikiavik, superó al final las 30 horas.
El vuelo de Barcelona al aeropuerto islandés despegó el sábado a las 19.30 horas. En el momento del aterrizaje, tras cuatro horas de duración, el comandante que pilotaba el avión de Vueling abortó esta operación e informó al pasaje que «debido al mal tiempo nos vemos obligados a realizar una escala técnica en el aeropuerto de Edimburgo». Los mallorquines afectados señalaban este lunes: «Fue la única información que recibimos, ya que nadie de la compañía quiso dar la cara después».
Todo el pasaje aterrizó en el aeropuerto escocés a las 01.30 horas del domingo. Un pasajero relató: «Nos indicaron que no podíamos bajar del avión y estuvimos tres horas sentado hasta que varios pasajeros, que viajaban con niños pequeños, comenzaron a incomodarse. Al final, el comandante autorizó que el pasaje bajara, con el fin de esperar en la terminal del aeropuerto de Edimburgo. Muchos pasajeros optamos por ir a un hotel cercano, porque nos dijeron que a las 14.00 del domingo nos recogerían, pero sin indicar nada más. Hasta tal punto llegó la descoordinación».
Los afectados añaden que a la citada hora les trasladaron al aeropuerto, «pero en vez de salir a las 20.30 horas, lo hicimos a las 00.30 horas del lunes. Es decir que hemos tardado más de 30 horas, perdido dos días de estancia en Islandia y nadie de Vueling ha dado la cara para dar explicaciones. Todos vamos a reclamar».