El futuro centro sociosanitario de Son Dureta, que se comenzará a construir esta legislatura en los terrenos del antiguo hospital de referencia de Baleares, tendrá 450 camas de hospitalización para enfermos crónicos y 120 plazas residenciales para dependientes.
La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha asegurado en la presentación del proyecto que, dado el envejecimiento de la población, con el nuevo Son Dureta se abordan las «necesidades de presente y, sobre todo, necesidades de futuro».
El vicepresidente del Govern, Biel Barceló, que ha comparecido junto a la presidenta, la consellera de Asuntos Sociales, Fina Santiago, y la de Salud, Patricia Gómez, ha detallado que el futuro centro tendrá 76.000 metros cuadrados de los que 43.000 serán de dos edificios de nueva construcción y 33.000 metros cuadrados del bloque semicircular del antiguo centro. El resto del viejo hospital se derribará.
«Es un proyecto muy amplio, abarca más de una legislatura», ha señalado Armengol, que no ha concretado las fechas previstas para la puesta en marcha de las diferentes fases del proyecto y ha apelado a la colaboración del Gobierno central, titular de los terrenos del viejo hospital, tanto para el cambio de usos proyectado como para la mejora de la financiación que haga posible la inversión de 119 millones de euros prevista.
Aunque podría cambiar con la negociación con asociaciones de pacientes y profesionales que ahora se inicia, el plan previsto es comenzar las obras con el derribo de los viejos edificios de consultas externas, hospital materno infantil y cocinas, inservibles tras seis años cerrados.
Posteriormente se comenzará a levantar un bloque de 8.000 metros cuadrados que acogerá la residencia para ancianos dependientes, y más tarde se iniciará la construcción de un nuevo edificio de 35.000 metros cuadrados en el que, salvo modificaciones, se ubicarán servicios ambulatorios: consultas externas y rehabilitación cognitiva y funcional (120 plazas), así como espacios administrativos y de otros servicios sociosanitarios.
El último paso proyectado es la reforma integral del edificio semicircular existente, que seguirá dedicado a la hospitalización, con unidades de convalecencia y subagudos (180 camas), ortogeriatría (30 camas), neurorrehabilitación (30 camas), pacientes crónicos avanzados (90 camas), curas paliativas (30 camas) y demencias con trastornos de conducta (90 camas).
Armengol ha destacado que la puesta en marcha paulatina de este proyecto en Mallorca se ejecutará en paralelo al aumento de los recursos sociosanitarios en Ibiza y Menorca, donde se trabaja en dar uso para asistencia a enfermos crónicos y personas dependientes en los antiguos hospitales de Can Misses y Verge del Toro.
La presidenta, que ha recordado que tener cerrado Son Dureta ha tenido un coste de 5 millones de euros, ha prometido que el Govern podrá hacerse cargo de la inversión de casi 120 millones inicialmente prevista, aunque ha confiado en que el aumento de la financiación que reclama al ejecutivo central se concrete para facilitar este y otros proyectos de mejora de servicios públicos.
Barceló ha incidido en la necesidad de obtener más recursos del Gobierno central y de que la Tesorería de la Seguridad Social, propietaria de los terrenos de Son Dureta, permita el cambio de usos, planeado mediante dos proyectos diferenciados: uno para la asistencia social y otro para los servicios sanitarios del futuro centro.
Pese a no poder precisar el tiempo de ejecución, el vicepresidente ha señalado que la edificación prevista dará trabajo a unas 1.500 personas. Patricia Gómez no ha aclarado cuánto empleo de personal sanitario y asistencial se generará.