La reina Sofía ha asistido este domingo a la celebración de la ceremonia religiosa que clausura el año jubilar en el que se conmemora el 700 aniversario de la muerte de Ramón Llull en la Catedral de Palma, que durante la misa se ha llenado prácticamente al completo.
En la puerta de la Seu alrededor de una treintena de personas esperaban la llegada de doña Sofía, que han piropeado y aplaudido al ver a la Reina al bajar del coche oficial.
A su llegada ha sido recibida por la presidenta del Govern, Francina Armengol; el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat; la delegada del Gobierno en Baleares, María Salom; y el alcalde de Palma, José Hila.
Las campanas de la Catedral de Mallorca han tocado durante 15 minutos avisando a los feligreses que la misa estaba a punto de comenzar y poco a poco los bancos han empezado a llenarse a falta de los últimos bancos.
Una vez dentro de la Catedral la reina Sofía, que para esta ocasión ha optado por un vestido negro con unos zapatos del mismo color, se ha mostrado amable y cercana con los niños de las corales, sentados cerca de ella.
Precisamente los niños que forman la Escolanía de Lluc, els Vermells de la Seu y los Niños cantores de San Francisco han tenido parte del protagonismo durante la misa celebrada este domingo al ser los encargados, junto a la Coral de la Catedral y la Capella Mallorquina, de recitar las canciones de la ceremonia religiosa.
Además, durante el acto, que ha durado aproximadamente un hora y media, se ha leído la bendición que el papa Francisco ha enviado a la Iglesia de Mallorca como clausura del año jubilar en conmemoración del 700 aniversario de la muerte del Beato.
En representación de la Iglesia han estado presentes el cardenal de Valencia, Antonio Cañizares Llovera; el cardenal emérito de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustín Cortés Soriano; el obispo auxiliar de Valencia, Javier Salinas Viñals; el obispo de la Seu d'Urgell, Joan-Enric Vives Sicilia; el obispo de Orihueña, Jesús Murgui Soriano; el obispo electo de Menorca, Francisco Conesa Ferrer; y el abad de Montserrat, Josep M. Soler Canals.
Una vez finalizada la ceremonia solemne, que ha podido seguirse a través de las pantallas instaladas en la misma Catedral, la reina Sofia se ha despedido de las autoridades y se ha ido de nuevo en el coche oficial. A la salida de la Catedral, más de un centenar de personas han aprovechado para sacar fotografías a doña Sofía y mandarle piropos.
A continuación, se ha iniciado un procesión para trasladar las reliquias de Ramón Llull de nuevo hacia la basílica de San Francisco, en la que han estado presentes varias autoridades de Baleares.
La procesión ha estado encabezada por la cruz y ciriales, seguidos de los Tamborers, diversas cofradías, las reliquias del Beato, sacerdotes y obispos, autoridades y una banda de música.
Para garantizar la seguridad de este acto han estado presentes más de una decena de agentes de la Policía Nacional y la Policía Local, quienes han vallado los exteriores de la Catedral para evitar incidentes.
La Iglesia de Mallorca ha puesto fin con este acto al conjunto de actividades celebradas este año para conmemorar los 700 años de la muerte de Ramón Llull y para impulsar el proceso de canonización del beato y difundir su vida y obra.