Palma no ha registrado incidencias durante el primer día en el que se ha aplicado la medida que limita el acceso a Antoni Maura y prohíbe este giro desde el Marítimo -excepto a residentes con Acire o servicios autorizados- y ha reiterado que esta medida no busca recaudar, sino que pretende redistribuir el tráfico y limitarlo en una vía «muy colapsada».
Así se ha pronunciado el regidor de Movilidad del Ayuntamiento de Palma, Joan Ferrer, quien ha explicado que este primer día de aplicación de la prohibición del giro no ha habido «más problemas que en un día normal», si bien ha habido agentes de la Policía Local en la zona resolviendo dudas.
El regidor ha defendido la aplicación de la medida en pleno mes de julio «porque los días de verano hay más afluencia» en este carril y, de esta manera, se descongestionará. Según ha añadido, el 95 por ciento de los vehículos que accedía a Antoni Maura no encontraba aparcamiento.
Por ello, ha opinado que es preferible que estos vehículos vayan por otro vial por el que, además, se instalarán paneles dinámicos en los que se informará del estado de los aparcamientos.
También ha asegurado que esto no creará ningún conflicto en el Paseo Marítimo y se evitará el conflicto que se producía cuando, en días puntuales, se prohibía este giro a Antoni Maura y no se permitía la entrada a ningún vehículo.
Preguntado sobre las multas, el regidor ha señalado que las personas que infrinjan la medida recibirán un escrito informativo y, posteriormente, se les impondrá la multa, si bien se empezarán a interponer a partir del próximo mes de agosto, «tras un tiempo prudencial de adaptación».
«El objetivo no es multar o recaudar, el objetivo es implantar cuestiones sobre movilidad y redistribución del tráfico», ha declarado Ferrer antes de indicar que en Antoni Maura se quiere evitar el máximo número de coches porque, entre otras cosas, hay muchos pasos de peatones y no se van a poner semáforos.
Esta medida prohíbe el giro desde la Avenida Adolfo Suárez a Antoni Maura a excepción de las motos y bicis, los residentes con Acire -todos los del centro menos Banc de s'Oli y la Missió-, los servicios autorizados -como transporte de mercancías, taxis o transporte público- y los abonados a los aparcamientos de Antoni Maura y Plaza Mayor.
Por otro lado, Ferrer ha apuntado que también se ha instalado una cámara ante el Teatre Principal para comprobar que los vehículos no efectúan el giro que está prohibido desde el año 1985 hacia la plaza Weyler.