El Obispado de Mallorca ha informado de que Cáritas coordinará la acción de la Iglesia ante la llegada de refugiados de la crisis europea a las islas y les brindará apoyo mediante los recursos de acompañamiento que ya tiene en marcha para atender a personas en situación de pobreza o vulnerabilidad.
Cáritas ha sido encomendada por el obispo de Mallorca, Javier Salinas, para coordinar la acción de la Iglesia diocesana en la colaboración con la administración pública y la sociedad civil para la acogida, el acompañamiento y la ayuda a las personas refugiadas que llegarán a la isla, ha informado el Obispado en un comunicado.
Esa labor tendrá en cuenta que el primer responsable de esta acogida para el reconocimiento del estatuto del refugiado es el Estado, con la colaboración de las Comunidades Autónomas, además de las entidades con las que tiene convenio para esta temática que son Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM).
Como la iglesia también quiere ser «una colaboradora leal y efectiva», Cáritas está en contacto con el Govern, el Consell de Mallorca, y Cruz Roja, que han pautado las fases de acogida, integración y autonomía que ya funcionan en cualquier proceso de acogida de personas que solicitan asilo.
El primer paso en ese proceso es, tras la llegada de los primeros refugiados, y con una duración de 6 a 9 meses, se hará una valoración inicial de la situación para poder ofrecer los primeros recursos de acogida temporal.
Esta fase se realizará en un centro de acogida comunitaria bajo la responsabilidad de Cruz Roja.
En una segunda fase de integración, que se prevé entre 12 y 18 meses desde la llegada, la intervención de Cáritas será ya para instrumentar un apoyo a todo el proceso.
Será con los diversos recursos de acompañamiento, que ya están en funcionamiento a través de los grupos de voluntarios y de los equipos de profesionales que intervienen con personas en situación de pobreza o vulnerabilidad, además de la que pueda proporcionarse a partir de los ofrecimientos de personas particulares, parroquias, congregaciones religiosas, asociaciones y grupos diversos .
Finalmente, y a partir de los 24 meses desde la llegada a la comunidad autónoma, se iniciará la fase en que las personas y familias deben poder desarrollarse de manera autónoma y utilizar los recursos ordinarios a su alcance según sus capacidades y necesidades.
Cáritas Mallorca ha abierto un registro donde se anota a las personas o instituciones que ofrecen diversos servicios, con un teléfono de contacto, para cuando llegue el momento de intervenir.
Hasta el día de hoy la solidaridad de la ciudadanía y de la iglesia registrada en Cáritas es significativa y la entidad espera «poder seguir manifestando la generosidad a favor de estas personas desvalidas que han tenido que dejar su tierra, como tanto de otros que ya lo han hecho por motivos similares».