La plataforma Salvem es Molinar ha advertido hoy de que el proyecto de ampliación del puerto de este barrio amenaza la playa de S'Areneta, ya que quedaría prácticamente cerrada por los dos clubes náuticos, el del Portixol y Molinar, que estarán separados entre ellos solo por 400 metros.
La plataforma explica en un comunicado que entre los impactos ambientales que puede generar la ampliación del club, uno de los más significativos y preocupantes para los vecinos del Molinar y usuarios de la Playa del Portixol son los relacionados con los cambios en «las dinámicas del litoral».
La playa de S'Areneta (del Portitxol) sería una de las «grandes damnificadas» por la construcción de la ampliación del puerto porque quedaría «encajonada» entre las bocanas de los puertos del Portitxol y del Molinar, insiste.
El proyecto que defiende la junta directiva del club ocupa una superficie de 40.000 metros cuadrados, equivalente a seis campos de fútbol, y contempla la construcción de unos diques que se adentran 240 metros en el mar, con una altura inicial de cuatro metros sobre el nivel del mar, añade la plataforma.
Ante este hipotético escenario, añade Salvem es Molinar, se podrían dar dos situaciones; una, que el cambio en las corrientes marinas hicieran desaparecer arena de la playa del Portitxol, como ya ha pasado en Port Adriano, lo que obliga a regenerar la playa cada cierto tiempo.
Y la otra, que esas corrientes, en lugar de arrastrar la arena fuera de la playa, hagan el efecto contrario.
Esta es la opción que contempla el estudio técnico presentado por los promotores, y en este caso cabe esperar que no sólo se acumule arena, si no también partículas nocivas, metales pesados derivados de las pinturas autopulimentables tóxicas de los barcos, restos de combustible y aceites, procedentes de la cercanía de ambas bocanas.
Esta situación comprometería la calidad de las aguas de baño, que actualmente gozan de buena salud.
«Desde las entidades que integran 'Al Molinar, port petit' (Salvem es Molinar, AAVV Vogar i Ciar, ARCA, GOB, Amics de la Terra y Greenpeace) no dejamos de sorprendernos: éste es un ejemplo más de hasta qué punto están dispuestos unos pocos a sacrificar el bienestar general», concluyen.