El Govern balear ya ha actuado sobre 270 hectáreas consideradas prioritarias en el Plan de Restauración Ambiental de la Sierra de la Tramuntana un año después del incendio que arrasó el verano pasado 2.400 hectáreas de los municipios de Andratx, Estellencs y Calvià.
La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio ha informado en un comunicado que el referido plan establece con carácter «prioritario» la actuación en un total de 300 hectáreas al considerarlas «críticas».
Por tanto, prácticamente se han llevado a cabo el 90 % de las actuaciones planificadas para los dos primeros años. Las diferentes medidas ejecutadas han supuesto hasta ahora un coste de 1,2 millones de euros.
El Plan de Restauración Ambiental de la Sierra de Tramuntana, elaborado por el Servicio de Gestión Forestal del Govern, preveía actuar de manera activa sobre unas 800 hectáreas de las 2.400 hectáreas afectadas por el incendio y establecía la prioridad de intervenir sobre una superficie aproximada de 300 hectáreas en los dos primeros años.
Las actuaciones de este plan se dividían en cinco grandes ejes: seguridad para personas y bienes, lucha contra los fenómenos erosivos, apoyo a la regeneración vegetal, recuperación de hábitats de flora y fauna, y sensibilización social en prevención de incendios forestales.
Un año después del incendio ya se han restaurado 231 hectáreas de 174 fincas, 46 agrícolas y el resto forestales.
En cuanto a las medidas para garantizar la seguridad para personas y bienes, se ha realizado una faja de seguridad de 20 metros de anchura a ambos márgenes de la carretera Ma-10 que une Andratx con Estellencs.
También se ha instalado una malla metálica antidesprendimientos en los puntos críticos de esta carretera. Además, se han acondicionado unos 3.744 metros cuadrados en los caminos de acceso a sa Coma d'en Vidal y en la Trapa, se han restaurado márgenes y se ha comenzado con la recuperación de cultivo, en concreto una hectárea en Es Grau.
Del mismo modo, se han ejecutado medidas de prevención y control de la erosión en un total de 225 hectáreas afectadas por el incendio, fundamentalmente en forma de fajines y «mulching» con biomasa vegetal en unas 100 hectáreas y el desembosque de la madera quemada en unas 125 hectáreas.
Además, se ha realizado el seguimiento de la efectividad de estas actuaciones mediante el estudio de los procesos erosivos a través de un equipo especializado de la UIB y un estudio de la presencia y viabilidad de la regeneración natural.
Desde el Servicio de Sanidad Forestal también se han comenzado a implementar medidas de control y prevención de plagas forestales en la zona afectada, con el objetivo prioritario de evitar la proliferación de plagas y enfermedades entre los árboles, tanto vivos como muertos, dentro del perímetro afectado por el incendio y en las zonas limítrofes.
Estas medidas se han centrado principalmente en la instalación durante los meses de otoño e invierno de un centenar de trampas de captura de escarabajos perforadores de pinos.
En primavera se instalaron 47 trampas para capturar el insecto portador del nematodo de la madera del pino, que suele aparecer en grandes cantidades después tras producirse un incendio forestal.
Mil personas han participado en las jornadas de voluntariado organizadas en el marco de la «Comissió Tot(s) per sa Serra!». Gracias al trabajo de estos voluntarios se han podido recuperar 6,5 hectáreas en la zona de Sa Gramola de Andratx.