El Govern anunció ayer que ha decidido aplazar la aprobación de los llamados impuestos ‘verdes' hasta otoño, una vez que haya finalizado la temporada turística, lo que de facto supone que los tributos han quedado en vía muerte y difícilmente se aplicarán este año. Es, por tanto, una victoria en toda regla del sector empresarial de las Islas, que se había levantado en contra del Govern por estos tributos.
El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, justificó ayer desde Madrid esta decisión y dijo que es «la más adecuada en estos momentos». Adelantó que ha pedido a los consellers del área económica del Govern que sigan negociando tanto con los sectores empresariales como con la oposición.
Los consellers d'Hisenda, José Vicente Marí, y d'Economia, Joaquín García, anunciaron ayer la decisión del Ejecutivo después de comunicársela vía telefónica a los empresarios. Marí explicó que la decisión de aplazar la aprobación de los impuestos se adopta ahora porque existen «expectativas» sobre la flexibilización del déficit que no estaban cuando se aprobaron las cuentas de la Comunitat.
La previsión
Los consellers no explicaron de dónde saldrá el dinero que se dejará de ingresar durante todos estos meses, aunque dejaron entrever la posibilidad de que los ingresos previstos computen como déficit, aunque tal vez no en su totalidad ya que Marí también se refirió al buen comportamiento de los ingresos tributarios en los cuatro primeros meses del año.
Ambos consellers insistieron en que la decisión se toma ahora para no «interferir» en la temporada turística. «Ahora continuaremos con el proceso de diálogo una vez que el Govern ya conoce la situación y ya sabe qué opinan los empresarios y los partidos de la oposición», dijo.
El conseller d'Economia, por su parte, reconoció que, en unos momentos en que la economía de Balears muestra un buen comportamiento, aplicar los tributos podría «incidir» en una parte de la economía productiva de las Islas. En cualquier caso, ninguno de los dos quiso despejar si el aplazamiento será definitivo.