El exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, insiste en fiar su defensa a la supuesta supervisión de la Casa del Rey a las actividades del Instituto Nóos. En el escrito en el que responde a la petición del juez de más información sobre la reunión que se mantuvo en La Zarzuela con Francisco Camps y Rita Barberá insiste en vincular al secretario de las Infantas, Carlos García Revenga: «El personal era plenamente consciente y sabedor del absoluto control, supervisión, aprobación y autorización por parte del asesor de la Casa del Rey de todo cuanto se acometía, de suerte que ningún atisbo de ilicitud o irregularidad podía existir».
El letrado de Torres, Manuel González Peeters , acompaña con varios correos el relato de las circunstancias de la reunión. En ellos indica que el primer contacto que desembocó en las cumbres de Valencia se produjo entre el duque de Palma y la alcaldesa Rita Barberá. En él, Urdangarin ofreció de forma gratuita los servicios de Juan Pablo Molinero en un conflicto con la marca de la Copa América.
El siguiente encuentro se produjo semanas después en La Zarzuela. Torres indica que la fecha probable fue el 29 de enero de 2004 por la mañana y que él y el duque viajaron para ir a la reunión juntos desde Barcelona. Indica que no pasaron ningún tipo de registro en la entrada, aunque asegura desconocer si lo hicieron los políticos valencianos. La fecha coincidiría con la presencia de éstos en Fitur. De hecho, al día siguiente de esa fecha se presentó en la feria el equipo ciclista Illes Balears. En la remesa de correos, Torres vuelve a incorporar bromas de carácter sexual entre Urdangarin y uno de sus colaboradores.
Por otra parte, el duque ha solicitado un euro de indemnización a su exsocio Diego Torres por vulneración del derecho al honor por haber difundido correos electrónicos que afectan a su intimidad.