El conseller d´Educació, Rafael Bosch, declaró ayer su «respeto» por las protestas llevadas a cabo en «un número reducido de centros» el pasado miércoles en contra de los recortes en educación, si bien aseguró que «en tiempos de crisis hay que aplicar medidas para garantizar la viabilidad del sistema educativo, aunque entiendo que sean difíciles de entender por padres y madres». Bosch reconoció, no obstante, que «la jornada se desarrolló con normalidad, sin ningún tipo de incidente, que es lo que más nos preocupaba».
El conseller minimizó el impacto de la protesta, por cuanto «participaron unos 33 centros, según nuestros informes, que supone un número reducido de centros si tenemos en cuenta que en las Islas hay cerca de 400 entre públicos, privados y concertados». Y añadió que, «no hubo encierros realmente, sino actividades vespertinas de disconformidad con la situación actual y el Govern toma nota», e insistió en el respeto, «sobre todo porque se produjeron de forma ordenada, sin ningún tipo de desperfecto en las instalaciones».
Como se recordará la Conselleria ha reclamado a los directores un informe sobre posibles incidencias, roturas, desperfectos y gastos ocasionados.
Por su parte, las apimas que secundaron la jornada de protesta contra los recortes en educación mostraron ayer su satisfacción por el resultado de una acción a la que se sumaron cerca de 120 centros de las Islas, según la Plataforma Crida convocante.
El presidente de Coapa Balears, Jaume Ribas, reconoció que «estamos contentos por el resultado, pero a la vez cansados de la actitud autoritaria de la Conselleria y de que se no tome por vándalos».