El Parlament balear, sólo con los votos del PP (que tiene mayoría absoluta) una ley que permitirá importar residuos sólidos (el PP utiliza la expresión «combustible» y la oposición «basura») de otros países europeos para quemarlos en la incineradora de Son Reus.
El grupo Popular del Consell de Mallorca, donde también gobierna el PP, aprovechó el debate de una ley que agiliza medidas para activar la economía, y proponer una enmienda que le permitiese importar más material para la incineradora de Son Reus. La empresa Tirme tiene la concesión hasta el 2041 y, según el PP, sólo con más incineración se podría sacar más rendimiento a la planta y evitar la subida de tarifas. La ibicenca Virtuds Marí fue la encargada de defender la propuesta. Para el socialista Cosme Bonet, «eso es muestra de la cobardía del PP de Mallorca, que no se atreve a dar la cara».
El modelo sueco
Fue un momento de tensión en el pleno. Hubo otros. Por ejemplo, cuando Antoni Alorda (PSM-Iniciativaverds) aseguró que tras esta propuesta se halla Tirme, que tiene la concesión de la incineradora, y una política de «sumisión» que «va a hipotecar Mallorca».
«Seremos el basurero de Europa», dijeron tanto Bonet como Alorda. Marí lo negó y aseguró que otros países europeos actúan igual. Suecia también importa basura, se recordó desde el PP. La oposición precisó que en ese país escandinavo se importa basura porque se recicla tanto que la necesitan para producir energía.
Marí tildó de «hipócritas» y de «panda de irresponsables» a los representantes de la oposición y eso caldeó aún más el ambiente, que ayer ya era muy tenso. El PP rechazó una propuesta del PSIB para no tomar ningún acuerdo sin encargar antes un informe al Consell Consultiu.
Activistas del GOB se manifestaron frente al Parlament simulando que tomaban el sol entre basura. Desde el GOB, dijeron que tras la autorización había intereses privados.