Una medida concreta entre un cruce de reproches, en ocasiones bronco, sobre quién tenía la culpa del paro y sobre como afectará a Balears la reforma laboral. Sólo una medida concreta, que no deja de ser una declaración de intenciones, pero que sirvió al vicepresidente económico, Josep Antoni Aguiló, para responder a una de las muchas preguntas que se lanzaron ayer desde la oposición mientras en Palma se celebraban cuatro protestas diferentes.
Según el vicepresidente Aguiló, el Govern «ya ha mantenido conversaciones» para mediar con el Gobierno central para que la tramitación de la reforma laboral aluda explícitamente a la situación de los fijos discontinuos, trabajadores de temporada específicos del mercado laboral de las Islas, con predominio de la hostelería y el sector servicios.
En respuesta a una interpelación del PSIB sobre los efectos de la reforma, dijo que «estamos en contacto para hallar la posibilidad de alargar la temporada balear mediante una subvención de la Seguridad Social para los periodos intermedios». Fuera del pleno, Aguiló concretó: «Se trata de que el empresario no corra con los gastos de las primeras semanas de inicio y final de la temporada y que se haga cargo la Seguridad Social».
Y ahí acabaron los anuncios. El resto de la sesión fue en línea con la que se vienen celebrando desde que gobierna el PP: reproches sobre la «herencia recibida», necesidad de establecer un calendario de pagos a proveedores y frase más o menos ingeniosas de quienes intervinieron en el pleno.
Sin calendario de pagos
Francina Armengol (PSIB), intuyendo que el president Bauzá le respondería a su pregunta sobre la reforma laboral con críticas al PSOE, le dijo: «Ya me adelanto a su respuesta, no me hable de la herencia recibida o le recordaré a Matas, el metro y el Palma-Arena». Pero sí: Bauzá, tanto a Armengol como a Biel Barceló, les recordó la situación heredada. «A mí me la recuerdan cada día los proveedores, a los que ustedes no pagaron», dijo Bauzá. Diputados y diputadas del PP insistieron en los mismos argumentos. Aguiló describió «el caos» de gestión «a los que nos costará poner orden» mientras que el conseller Company relató lo mal que estaban las frecuencias de los autobuses que cubren trayectos con las localidades de la part forana.
Armengol recordó que el paro sube desde que está Bauzá; Barceló le dijo que no se quejara tanto «y pida dinero a Madrid, que ahora está Rajoy». El PSM, sin éxito, intentó que el Govern aceptara presentar un calendario de pagos. Sólo hubo una propuesta aprobada por asentimiento: instar al Gobierno central a reducir las tasas aeroportuarias a las compañías aéreas que operen en Balears y las de navegación aérea de los aeropuertos de las Islas en temporada baja, en ambos casos por la insularidad.