Felicidad a medias: el Consell de Mallorca aprobó ayer una histórica congelación de la tasa de residuos sólidos (en realidad la rebajó dos céntimos) pero ésta no se notará en el recibo final, al menos en Palma, ya que corresponde fijar la tarifa final a los ayuntamientos y el de la capital balear ha decidido aplicar la subida del IPC, que calcula en un 3%.
En realidad, lo que hace el ayuntamiento es rebajar la tarifa por tonelada de recogida que cobra a los ayuntamientos y que pasará de 131,52 euros a 131, 50.
Tirme, que es la empresa que se encarga del tratamiento de residuos en la planta de Son Reus, había propuesto un incremento de un 55%. Tras un compleja negociación, cuyos detalles no quiso revelar la consellera insular de Medi Ambient, Catalina Soler (comentó, en tono distendido que «prefiero no contarlo, es secreto de alcoba»), el Consell aplicará medidas de ahorro que suponen 5,2 millones de euros.
'Publicontenedores'
Ha eliminado el programa 'Mallorca Recicla', por el que habían sido contratadas 21 personas que no trabajaban ni en Tirme ni el Consel; ha eliminado gastos de protocolo y de actividades que se arrastraban desde hace años y ha buscado nuevas fuentes de ingresos que supondrán 7 millones de euros. Por ejemplo, cobrará, fuera de la tarifa, el tratamientos de fangos en las depuradoras. Habrá publicidad en los contenedores y se dejarán abiertas otras vías. Por ejemplo, la posibilidad de incinerar en Son Reus la basura que no pueda ser asumida por el vertedero de Menorca. María Salom se mostró muy satisfecha con el acuerdo.