Un empresario acusado en el caso Andratx, Josep Eugeni Torrens, ha sido condenado a pagar 2.160 euros de multa por construir en terreno protegido una vivienda de nueva planta con vistas al mar y a la montaña, tras declararse culpable de un delito contra la ordenación del territorio y alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y la acusación particular, que solicitaba inicialmente una pena de cinco años de prisión para el inculpado. Torrens deberá además proceder a la demolición de lo edificado de forma ilegal.
Mientras tanto, tanto el fiscal Miguel Angel Subirán como el abogado que representa al Ayuntamiento de Andratx, Josep de Luis, han retirado la acusación contra el ingeniero agrónomo al que recurrió Torrens para intentar legalizar la edificación como almacén agrícola-ganadero. Ambos se han sentado este martes en el banquillo durante el décimocuarto juicio -correspondiente a la pieza 31- celebrado hasta el momento en el marco de este proceso de corrupción urbanística, cuyas anteriores vistas también se han saldado con condena.
El escrito de conformidad, al que ha tenido acceso Europa Press, recuerda que Torrens, como administrador de la mercantil Palmita S.L., adquirió en 1999 tres fincas catalogadas como Area Natural de Especial Interés (Anei) y en las que tan sólo existían unas ruinas. Sin embargo, el acusado comenzó en 2004 a realizar obras simulando ampliar y rehabilitar una vivienda ya existente, a pesar de que únicamente se habían solicitado licencias de obra menor para «sustituir tejas rotas y tejado» y el «arreglo del camino».
De hecho, una inspección ocular llevada a cabo sobre el terreno y en la que estuvo presente el anterior juez instructor del caso Andratx, Francisco José Pérez, sirvió para comprobar que la construcción contaba con las dependencias propias de una vivienda y además contaba con ventanas «con vistas al mar y a la montaña cuya existencia no se comprende si tales dependencias tienen como fin el almacenamiento de piensos, grano, paja y demás así como los útiles de labranza y aperos», tal y como exponía Pérez en un contundente auto de 19 folios que ponía fin a la instrucción de esta pieza.
ASNOS PARA ENCUBRIR UNA ACTUACION DELICTIVA
Indicios a los que, según apuntaba, se sumaban «medios tan exiguos y limitados» como la presencia de 80 olivos y tres asnos para dar al chalet la apariencia de casa de aperos. «Se celebra que se potencie al asno mallorquín, pues es una raza en peligro de extinción, pero no se puede pretender potenciar al mismo para encubrir delictivas actuaciones», manifestaba el magistrado, quien aseveraba que con ello «no se pretendía más que conseguir una licencia para disfrazar el posterior uso de vivienda que se iba a hacer de lo edificado, extremo ya pretendido en otra pieza por el condenado en firme Eugenio Hidalgo con desafortunado resultado para éste».
Según el acuerdo de conformidad, un inspector del Servicio de Disciplina Urbanística del Consell comprobó posteriormente que las obras llevadas a cabo por Torrens, pintor de profesión, no se correspondían con la licencia menor concedida ya que había sido levantada una vivienda de nueva planta de 157 metros cuadrados -ejecutada en un 40 por ciento- y un nuevo aljibe, se había reconstruido una parte del camino e instalado una casa prefabricada de madera, lo que dio lugar a un expediente sancionador.
Cabe recordar que Hidalgo, exalcalde de Andratx, quien en la actualidad cumple condena en la cárcel de Palma, ya fue juzgado por una práctica similar. Y es que el ex primer edil fue condenado a cuatro años de prisión por construir una vivienda unifamiliar sobre terreno protegido cuando en realidad había solicitado una licencia de ampliación de un almacén agrícola.