A las 8,30 de la mañana de hoy alrededor de 2.000 personas, en su mayoría hombres, se han concentrado en el Palma Arena para proceder al rezo o «salat» que ponía punto y final a un mes de ayuno desde la salida hasta la puesta de sol.
Concluida la ceremonia, y tras las palabras del imán, los asistentes, entre los que se encontraban marroquíe -la gran mayoría-, nigerianos, argelinos, senegaleses y algún mallorquín, abandonaron el recinto.
Ahora empiezan tres días de fiesta en los que los niños reciben regalos, se estrena ropa y se visita a los amigos, en lo que sería el equivalente a la festividad de los Reyes Magos. En estas jornadas, la comida adquiere un especial significado tras el obligado ayuno. Tajines, pinchitos, y dulces a base de miel, almendra y frutos secos.