Los exteriores de los bares y discotecas del Passeig Marítim, y también de otras partes de Palma, estuvieron la pasada noche de Reyes casi tan animados como el interior. La primera 'noche de marcha' tras la entrada en vigor de la llamada 'ley antitabaco' tuvo la culpa.
Todos los locales cumplieron a rajatabla la normativa que impide fumar en el interior y los noctámbulos de la ciudad estrenaron una nueva forma de relación: echarse un cigarrito en la puerta. Generalmente, en grupo, aunque también había algún que otro fumador solitario que daba vueltas sobre sí mismo.
Había mucho interés, tanto por parte de los propietarios de locales como por parte de la clientela, en saber qué iba a pasar en las discotecas y si sería posible aguantar toda la jornada sin encender el pitillo.
Sin incidentes
Desde luego, según pudo comprobar este diario, el tema del tabaco fue dominante en las conversaciones. Entre bromas, o más en serio, chicos y chicas hablaban una y otra vez de este asunto. La verdad es que parecía 'raro' entrar a una discoteca sin humo de cigarrillos flotando en el ambiente.
El hecho de que el tiempo acompañara la madrugada del cinco al seis (la temperatura era agradable y no hizo el frío de noches anteriores) facilitó esta nueva forma de relación.
Aparentemente no se produjo la más mínima tensión y, en general, el buen humor se impuso a los malos humos en esta primera noche.
Visto lo visto, todo apunta a que, de cara al verano, las terrazas se convertirán en las reinas de la noche y de los días. Ayer se salía a la calle a fumar de muchos bares y pronto se impondrá una nueva manera de 'ligar' mientras se sale a la calle a fumar un cigarrito.