El president Francesc Antich, manifestó ayer su satisfacción por el hecho de que la Declaración de Barcelona, aprobada en la VIII Conferencia de Regiones con Poder Legislativo (Releg) haga una mención expresa a «la necesidad de dar una especial atención a los territorios que sufren desventajas geográficas o demográficas graves y permanentes, como es el caso de las regiones insulares, transfronterizas y de montaña».
Según explicó Antich en declaraciones posteriores al encuentro, Balears se beneficiará de este reconocimiento por cuanto supone una llamada a los órganos ejecutivos de la Unión Europea para que «tengan muy en cuenta los problemas medioambientales, de transporte, etcétera... que tienen las islas y que exigen políticas específicas para solucionar estas cuestiones».
El jefe del Ejecutivo balear se refirió al nuevo Tratado de Lisboa y consideró que es una «oportunidad de hacer más Europa».
«En la declaración expresamos que las regiones con poder legislativo nos queremos implicar y participar más. Aquellas regiones que desarrollamos las leyes europeas y las aplicamos también hemos de tener juego a la hora de la elaboración de estas normativas y por eso pedimos más implicación de nuestros Parlamentos», declaró.
Antich opinó que Europa debe ser «un lugar de inclusión» y confió en que así lo será «si hay participación activa de todo el mundo». La Declaración de Barcelona es considerada como un decidido intento de dar protagonismo a las regiones en la nueva etapa de construcción europea, derivada del nuevo Tratado de la Unión.
Entre otras cosas, pone de manifiesto las oportunidades que presenta el Tratado de Reforma, en cuanto a la dimensión regional del principio de subsidiariedad. De esta manera, y como dejó patente Antich, «la toma de decisiones estará más cerca de los ciudadanos».