Ya hace unos días que está abierto el plazo de matrícula en la Escola de Música i Danses de Mallorca y las plazas están a punto de agotarse. La oficina de la escuela es un continuo ir y venir de gente, de todas las edades; hombres y mujeres; no iniciados o balladors de toda la vida, todos tienen cabida en el centro de la calle Costa de Ca'n Santacilia. Así, bajando la calle nos encontramos a Maria Aina Fuster, Isabel Jiménez y Susan Jackson, un poco decepcionadas porque tendrán que esperar una semana más para poder volver a bailar. El próximo lunes comienza el curso y pequeñas como Carla Amerigo o su madre Antonia Vich, que se ha animado en el último momento, aprenderán boleros y jotes.
Al centro también acuden muchos balladors experimentados, atraídos por el curso de mateixes y el de baile avanzado. Los menos ágiles con los pies siempre pueden optar por los cursos de instrumentos tradicionales: flabiol, tamborino y xeremia.
Lydia E. Larrey