El Consell de Govern analizó ayer de forma pormenorizada el primer informe sobre las inundaciones en el metro del Palma, tras cuyo análisis permitió ayer al conseller de Mobilitat, Biel Vicens, atribuir los fallos registrados en el metro de Palma esta semana, causados por las lluvias que inundaron algunas de sus estaciones el martes, a su «irresponsable» puesta en marcha por parte del Ejecutivo autonómico anterior, presidido por Jaume Matas.
En la tradicional rueda de prensa tras el el Consell de Govern, Vicens, que compareció junto a la portavoz del Gabinete, Margarita Nájera, enumeró las deficiencias detectadas en el metro y recogidas en un informe por los Servicios Ferroviarios de Mallorca (SFM).
El conseller se reafirmó en que el metro fue inaugurado de forma «precipitada, con prisas y tras un periodo de pruebas insuficiente» y puso como ejemplo de ello el que todavía no se haya efectuado el «renting» de los vehículos que prestan este servicio, lo que significa que no pertenecen a los SFM, institución que debe asumir el pago de seguros muy caros por esta razón.
Vicens anunció que el consejo de administración de SFM se reunirá la próxima semana y aprobará la realización de una auditoría técnica con el objetivo, además de evaluar la situación actual, de comprobar si la obra final se ajusta o no a los proyectos adjudicados para poder determinar qué parte de responsabilidad tienen las empresas concesionarias. «Esta auditoría valorará en qué punto se encuentra la recepción de las obras, ya que sabemos que hay algunas recepciones parciales y no sabemos si jurídicamente son completas. En cualquier caso, toda obra pública ha de estar en condiciones en el momento de la entrega y tiene un periodo de garantía. Si las cosas no están hechas como figura en los proyectos, les obligaremos a hacerlo, aunque no se puede descartar problemas en el diseño», aclaró.
El conseller afirmó que no es «asumible esta situción en el servicio de metro. Se han detectado toda una serie de desperfectos, mala función y aquí, hay que que asumir responsabilidades, las cuales serán determinadas por la auditoría técnica. La actual situación detectada no es la correcta, de ahí que se tienen que predeterminar las causas».
Vicens negó en todo momento que hubiera riesgos para la salud pública, «pero para los ciudadanos no es asumible un servicio de estas características en pleno siglo XXI, porque el mismo no ha de tener deficiencias».
El conseller, sin embargo, consideró «inasumible» por parte de la Administración que una veintena de pasajeros se vieran atrapados durante una hora en la estación de Son Sardina, después de que se anegara la entrada de la estación porque las bombas instaladas para succionar el agua no estaban conectadas al sistema de emergencias.