Como no podía ser de otro modo, la infanta Leonor, la que en un futuro, si las cosas no cambian, será la reina de los españoles, fue el punto de atención, tanto de fotógrafos como de regatistas y curiosos que en la mañana de ayer se encontraban en las instalaciones del RCN de Palma.
Nosotros la habíamos visto recientemente, a través de la televisión y de las fotografías que le hicieron durante el bautismo de su hermana, la infanta Sofía. Pero nada que ver con la realidad. La primogénita de los príncipes de Asturias, además de guapa, y de poseer unos ojos preciosos, es espabilada "tanto que ya da la impresión de que tiene autonomía propia", y, sobre todo, muy simpática. Y de ello presumen sus padres y abuelos, a los que se les cae la baba con solo mirarla.
Y es que el cambio que se ha producido en la niña de un año para otro ha sido abismal.
Y para bien.
Pedro Prieto