M.G./J.M.A.
La planta tercera del Ajuntament de Palma era ayer por la mañana la materialización del estado anímico de los partidos políticos tras la noche electoral, larga y falta de sueño en todos los casos, en unos por la euforia y en otros por la decepción. Poca gente en las sedes de los partidos políticos, escasa actividad, más que nada la lectura detenida de los periódicos y la atención de alguna que otra llamada telefónica.
La alcaldesa de Palma en funciones, la popular Catalina Cirer, acudió a su despacho, pero, visiblemente afectada por los resultados electorales, se dedicó a despachar los asuntos pendientes a puerta cerrada.
Cirer acudió, como cada lunes, al programa Directo Esport, de Última Hora Punto Radio, en donde reiteró que con los resultados del domingo sólo cabría la opción de gobernar en minoría o de pasar a la oposición. Sin pronunciarse sobre un posible pacto con UM, que no quedaría descartado, sí dijo que los votos del PP no darían la Alcaldía a la formación nacionalista.
La candidata socialista, por su parte, no pasó por Cort pero estuvo toda la mañana y parte de la tarde en la sede del partido atendiendo personal y telefónicamente a la prensa.
Muy satisfecha por los resultados electorales, Aina Calvo se reafirmó en los compromisos de que «no cederé la Alcaldía» y de que «aunque me ofrezco para liderar un gobierno con mayoría socialista en Palma, entiendo que habiendo una lista más votada, la del PP, le corresponde a Cirer tomar la iniciativa de conformar gobierno, porque hay que ser respetuoso institucionalmente». Calvo aseguró no contemplar la posibilidad de que el PSOE ceda la Alcaldía en favor de un gobierno progresista en la Comunitat.