El jardín botánico más bonito de Palma se halla sumido desde hace meses en el más completo olvido y abandono. Su condición de solar de propiedad privada y su función durante medio siglo de Mini Golf, de acceso tarifado, le ha remitido a un estado actual de degradación, tras el cierre. En una época de fuerte demanda de zonas verdes, con la inauguración del Parc de s'Estació y de sa Riera, es ahora reivindicado como parque público por los vecinos de Cala Major, un barrio saturado de edificios y que carece de un lugar apropiado para los niños y mayores.
El pasado día 11 de abril un grupo de vecinos entregó a la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, una petición oficial de rehabilitación de este frondoso jardín con 50 años de historia, para uso ciudadano. Su interior alberga una gran variedad de especies vegetales, entre árboles, palmeras, cactus y plantas decorativas, además de bancos y un pequeño estanque. También posee un edificio que albergaba un restaurante y según el proyecto presentado «podría acoger un local para la tercera edad y zona para dependencias municipales». En todo caso, se trata de un enclave de gran valor botánico y paisajístico que merece ser preservado. Gabriel Alomar