GUILLERMO ROMANÍ
Las elecciones del próximo 27 de mayo suponen, para Formentera, un hecho histórico ya que la reforma del Estatut d'Autonomia implica la creación de un Consell de Formentera, una vieja reivindicación de la izquierda progresista de la isla desde hace más de una década que no ha cuajado hasta hace pocos meses, después de que hace un par de años el conseller por Formentera, en teoría independiente aunque adscrito al PP en el Parlament balear, retomara la idea.
Significa que por primera vez Formentera no tendrá que ir de la mano o verse tutelada por la isla vecina, Eivissa, y podrá en el nuevo entorno autonómico, hablar 'de tú a tú' con el Govern de les Illes Balears sin depender de las decisiones de un Consell Insular compuesto mayoritariamente por ibicencos tomaba por ella; la representación formenterense en dicho Consell se limitaba a un conseller/diputado en el Parlament de les Illes Balears.
Los formenterenses, a diferencia de otros municipios, sólo votarán al Ajuntament-Consell y al Parlament, de manera que transcurrido 30 días de las elecciones se conformará el nuevo Consistorio que, quince días más tarde, y de acuerdo al nuevo Estatut, se convertirá en Consell de Formentera. Este Ayuntamiento-Consell es una figura única en el panorama nacional ya que se trata de una isla con un solo municipio que, no obstante, podrá ostentar la categoría de Consell, una situación no comparable con la de la isla de Hierro, ya que el Cabildo tenía su lógica al poseer varios municipios la isla o de las figuras de ciudades autónomas como puedan ser las de Ceuta o Melilla.