J.J.SERRA
Técnicos de la Conselleria d'Agricultura i Pesca han detectado salmonella en excrementos de gallinas ponedoras de dos naves de sendas granjas de Mallorca, una situada en el municipio de Felanitx y la segunda, en el de Manacor. Ante este resultado, la Conselleria ha procedido, en cumplimiento del Plan Nacional de Control de Salmonellosis en Gallinas Ponedoras, a la inmovilización de las dos naves para evitrar que la bacteria se extienda por otras granjas o explotaciones. En total, se han inmovilizado unas 60.000 gallinas sobre una capacidad total en Balears de 150.000 animales, es decir, se ha inmovilizado casi una quinta parte de las gallinas ponedoras de granja en las Islas. Los muestreos realizados en granjas avícolas de Balears se enmarcan en el mencionado plan nacional, correspondiente a 2006, que aplica las medidas a adoptar por todos los países de la Unión Europea. Cabe destacar, en este sentido, que las medidas incluidas en el Reglamento Comunitario para estos casos no serán de obligado cumplimiento hasta dentro de tres años, pero España ya las está aplicando a partir del presente ejercicio.
Asimismo, la Conselleria ha ordenado que los huevos que salgan de las naves sólo tengan como destino la industrialización y no sean puestos a la venta al público, pues el tratamiento térmico a los que son sometidos en los procesos industriales destruyen la posible contaminación por salmonella, que, en todo caso, en los huevos enteros se localiza en la cáscara y nunca en el interior. También se ha notificado la detección de salmonellosis en gallinas ponedoras a la Conselleria de Salut i Consum, que se encarga del control de la trazabilidad de los huevos desde su clasificación hasta su industrialización, con el objetivo de garantizar la calidad de los productos que entran en la cadena alimentaria.
Según fuentes de la Conselleria d'Agricultura i Pesca, las dos naves donde se ha localizado la bacteria deberán ser limpiadas y las gallinas serán sacrificadas. Su carne será destruida y no podrá destinarse al consumo humano. La consellera d'Agricultura i Pesca, Margalida Moner, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a consumidores e industriales, y ha querido destacar que «el hecho de que se hayan detectado estos dos casos demuestra que los controles funcionan». El departamento autonómico no plantea este caso como seguridad alimentaria, sino como sanidad animal.