El ciclo de fiestas patronales en Menorca en verano empieza con Sant Joan en Ciutadella, todos los años el 23 y 24 de junio, y concluye con los actos de Sant Nicolau, que se celebran en es Mercadal y El Toro entre el 9 y 10 de septiembre. Los grandes protagonistas de las fiestas mayores de cada población de la isla son los caballos y sus jinetes: «caixers, cavalls i cavallers». Ciutadella mantiene el respeto a los Protocolos no escritos, transmitidos durante generaciones de padres a hijos, que rigen cada uno de los actos de las fiestas sanjuaneras. Ciutadella es la única población de Menorca que carece de la figura del «Caixer Batle», puesto que quien preside la «qualcada» (comitiva formada por todos los jinetes) es el Caixer Senyor.
El momento más esperado de las fiestas patronales es el «jaleo», que suele celebrarse en la plaza principal o el espacio urbano más emblemático. Al son de la briosa jota «El postillón de la Rioja», que los músicos interpretan incansablemente, los «caixers» y «cavallers» tienen la oportunidad de demostrar el dominio y la compenetración con los equinos, en su mayoría de raza menorquina. Es el acto con mayor expectación y tensión. Caballo y jinete se fusionan para transformarse en los centauros de las fiestas menorquinas. Conducidos suavemente por manos hábiles que saben llevar las riendas con movimientos leves, los caballos saltan, se paran, caracolean, levitan, se empinan y obedecen, dóciles, leales, nobles. En este momento sublime de la fiesta, cuando ha estallado toda la emoción contenida y las miradas están pendientes del espectáculo que ofrecen los jinetes, se forma una amalgama que crea un nuevo cuerpo, único, potente: el hombre-caballo.
Los viejos payeses y aquellos que conocen las costumbres de la «gent del camp» aún utilizan el antiguo «mós d'avellana» mientras que la mayoría utiliza como rienda el «mós fort». Durante estos últimos años se ha registrado la progresiva incorporación de la mujer a las fiestas mayores de Menorca, por lo que también hallamos amazonas que compiten en belleza, dominio y control de los nobles brutos. La excepción también es Ciutadella, donde la participación en la «qualcada» de Sant Joan está reservada exclusivamente a los hombres. Todos los caballos que salen en las fiestas de Menorca están enteros («sencers»), puesto que no se admiten animales capados («sanats»). Sant Martí en es Mercadal, Sant Llorenç en Alaior y Sant Bartomeu en Ferreries son citas obligadas para admirar los centauros de Menorca.
Josep Pons Fraga