La vida de Claudio Boada, que falleció ayer a la edad de 86 años en Palma, está íntimamente ligada a Balears desde su más tierna infancia, ya que en 1939 estudió el Bachillerato en los institutos de Las Avenidas. Una indisposición e insufiencia respiratoria, que se agravó en los últimos días, acabó con la vida de uno de los grandes banqueros de este país, que siempre tuvo a Mallorca como lugar de descanso y para practicar su gran afición: la navegación.
La familia veló ayer su cuerpo en el tanatorio de Bon Sosec, en donde las visitas fueron continuas para dar el pésame a la familia. Entre ellas la de Jaime de Carvajal, quién valoraba muy positivamente el talante personal, el pragmatismo, clarividencia y capacidad de liderazgo de Boada.
Su hijo, Claudio Boada Pallerés, nos señalaba que hasta el último momento estuvo practicando su gran afición, la navegación: «Hace tres semanas estuvo por aguas de Eivissa y hasta hace unos días por aguas de Mallorca». La Familia Real trasladó ayer su más profundo sentimiento de pesar y afecto a la viuda e hijos de Claudio Boada.