En la primera jornada del debate sobre el estado de la ciudad, la alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, hizo un balance positivo de la actuación del equipo de gobierno no sólo durante los últimos doce meses, sino también a lo largo de los tres años de la actual legislatura municipal, sin eludir la autocrítica. Para Cirer, «Palma es ahora, sin duda, una ciudad mejor». Por su parte, los portavoces de la oposición, Antoni Roig por el PSOE, Eberhard Grosske por EU-EV y Pere Muñoz por el PSM, coincidieron en señalar que, en su opinión, Palma estaría ahora peor que hace un año. Para Roig y para Grosske, el equipo de gobierno no habría hecho prácticamente nada bien, mientras que para Muñoz sí merecerían un reconocimiento positivo diversas actuaciones realizadas, aunque el balance global sería negativo. El portavoz del PP, Rafel Durán, renunció a su turno de intervención.
En sus primeras intervenciones, tanto Cirer como Roig, Grosske y Muñoz estuvieron a un gran nivel, si bien en las réplicas el debate se hizo reiterativo en algún momento. Durante poco más de una hora, Cirer expuso, área por área, las iniciativas desarrolladas a lo largo de los últimos doce meses, e hizo referencia también a los proyectos en los que trabajan de forma conjunta Cort y el Govern, como la futura Fachada Marítima o el soterramiento de las vías del tren. En este sentido, indicó que el actual equipo de gobierno municipal y el autonómico pasarían a la historia de Palma «por haber creado el primer metro de Ciutat».
Al final de su primera intervención, Cirer enumeró «cinco asuntos pendientes, cinco razones para la esperanza y cinco objetivos cumplidos». Por lo que respecta al primer punto, indicó que el equipo de gobierno trabajaría para mantener un buen estado de limpieza y evitar los vertederos ilegales, para contar con más presencia policial en las barriadas, para mejorar y ampliar la atención a los sectores más desfavorecidos, para reducir la incomodidad de las obras y para conseguir un mantenimiento equitativo en todas las barriadas y eliminar las barreras arquitectónicas. En cuanto a las razones para la esperanza, se encontrarían la construcción del Palacio de Congresos y de la Fachada Marítima, los planes de recuperación de es Camp Redó, La Soledat, Son Busquets, Cala Major, Sant Agustí y El Terreno, la creación de espacios públicos en el futuro Parc de sa Riera, en la calle Jacint Verdaguer y en el Baluard del Príncep, la Llei de Capitalitat y la apuesta por el transporte público, con grandes inversiones en la EMT y en el metro.