Corría el año 1956 cuando una gran nevada dejó Mallorca prácticamente blanca. Es una de las más importantes que se recuerdan, por no decir la más importante. Ahora, un libro, recupera esa fecha en un lugar determinado de la Isla: Artà.
El volumen recupera imágenes de Pere Sanxo, fotógrafo que ha dedicado su vida a plasmar gracias a su cámara las vivencias de su pueblo. Y, como no, junto con las tradicionales procesiones y beneïdes, pueden verse instantáneas de esa gran nevada. Una gran nevada que llenó de blancura la plaza del Ajuntament, las calles del Calvari, Ciutat y Bellpuig e, incluso, las escaleras de Sant Salvador.
Son imágenes que traen a la memoria una jornada única, que hizo disfrutar tanto a jóvenes como mayores. Muchos de los que la vivieron en primera persona recordarán gracias a las fotografías de Pere Sanxo aquel día de febrero en el que hacía un frío que helaba el alma.
Ahora hace un año, Palma y la Part Forana también despertaron cubiertos de nieve. Pero no fue lo mismo. En el año 1956, la nieve llegó a alcanzar casi un metro de altura como las instantáneas de Pere Sanxo demuestran. Muchos de los ciudadanos de Artà dejaron que el objetivo de Sanxo les inmortalizara junto a tan magno acontecimiento, sabiendo que estaban viviendo una jornada única que, probablemente, nunca volverían a vivir, como así ha sido hasta día de hoy. Quién sabe, tal vez algún día Mallorca vuelva a aparecer bajo un manto blanco.
L. M.