Pedro Prieto (El Rocío)
Vísperas del día grande. Cuando escribo esta crónica, prácticamente
todas las Hermandades están ya en el Rocío, lo que significa que en
él ya hay alrededor del millón de personas, entre las que viven en
las casas de la aldea y las que se cobijan en carretas, tiendas de
campañas y toldos aparcados o instalados en su extrarradio. Hay que
decir también que Juan Antonio Torres Navarrete, presidente de la
Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Mallorca, cumple años, lo
cual celebraremos esta noche, y que Benito Mateo Navarro, cortador
de césped de Son Moix, que está aquí con su mujer, él vestido de
corto y ella de sevillana, tiene la mente puesta en el estadio
donde esta tarde el Mallorca se la juega contra el Bilbao.
«Está todo controlado -nos dice-, puesto que para hoy el pasto (asi denomina al césped Cúper) estará corto y seco, lo cual favorece al Mallorca, porque regado sólo le iría bien al Athletic». Ayer estuvo en el Rocío Dolores Feliu, religiosa del Opus y tía de la diputada Carme Feliu. Vino a visitar a su hermano, epater de la Hermandad, Tomás Feliu y, de paso, participar en todos los actos que figuraban en el programa de ésta. Porque, repito, nosotros estamos en el Rocío serio, en el que no sale en los espacios del corazón. Rocío que nada tiene que ver con la farándula, el alcohol y los famosos, sino que es el Rocío del fervor y la devoción mariana. Por cierto, y volviendo a Don Tomás, el cura.
¿Sabían ustedes que viene de Brasil donde ha estado llevando a cabo una gran labor social? Sí. Don Tomás fundó en Fortaleza, hace 34 años, CEPAN, una organización dedicada exclusivamente al amparo y protección de niños de la calle. Desde entonces a hoy ya son 13 las obras, que con el nombre de CEPAN, funcionan en todo el país. «Yo me he venido a Mallorca por la edad, pero allí se han quedado mis primeros colaboradores. Por tanto estoy tranquilo, ya que la obra sigue viva».