El jueves por la noche Antonia Amengual Gelabert recibió una visita muy especial. Juana Faraone, la empresaria de origen valenciano que ha introducido la sobrasada en Estados Unidos a través de la importadora La Española, gracias a una receta del hermano de Antonia, el padre Miquel, quiso pararse en Biniali. Juana ha visitado durante toda esta semana bodegas y fábricas de producto balear en Mallorca y Menorca para intentar introducir nuevos alimentos entre el público americano, donde la cocina española está muy de moda. Su tienda y empresa de importación, La Española Meats Inc. cuenta con veinte empleados en Los Àngeles, pero Juana no olvida quién le ayudó en sus inicios, el padre Miquel Amengual de Biniali. «Pasaba entonces por un mal momento y empecé a elaborar chorizo, morcillas y sobrasada para vender. Miquel y yo éramos buenos amigos y él me enseñó la receta y a elaborar el producto. Al principio me salían lunares y él enseguida vio que se debía a la falta de pimentón», explica Juana Faraone. Hace más de seis años que el padre Miquel, que ya tiene 84 años, no visita su pueblo natal, Biniali, donde viven su única hermana, Antonia, y sus cuñadas y amigas Catalina Mairata, Francisca Beltrán y Francisca Nicolau. Juntas, y acompañadas por la amiga del padre Miquel en Los Àngeles, Juana Faraone, cogieron en seguida el teléfono y decidieron llamarle. «Miquel era muy listo y en casa hacíamos matanzas cada año. Nadie le enseñó. Fue él que viendo a mis padres elaborar sobrasada aprendió solo», recuerda su hermana Antonia.
El padre Miquel abandonó pronto Biniali para dedicarse a las misiones en Sudamérica y en Estados Unidos, en Los Àngeles. Allí, en la iglesia Nativity de Torrance, además de enseñar a hacer sobrasada y también ensaimadas, ha ayudado a los más pobres. «Torrance es un barrio periférico de Los Àngeles, con gente muy pobre, y es allí, cerca de la gente que no tiene nada, donde Miquel se ha dedicado a ayudar. Es un hombre que lo da todo. Yo digo que es un santo», sentencia Faraone.
Esta empresaria americana, que ya había visitado Mallorca, importa ahora cientos de productos españoles, desde jamón serrano hasta ensaimadas que llegan sin cocer. El mercado americano, recuerda, es muy estricto y eso hace que no se pueda importar la sobrasada directamente. Tras su visita a Mallorca y Menorca ha podido probar ella misma la variedad de alimentos típicos que hay en Balears. «Me encanta el queso, las cocas, pero sobre todo la sobrasada de aquí».
Marta Medrano