La consellera d'Agricultura, Margalida Moner, remitió ayer una nota a todo el sector ganadero balear y a las autoridades sanitarias para que extremen las precauciones ante la confirmación de un brote de 'lengua azul' en Córcega.
Moner recordó que, dada la proximidad de Córcega y las actuales condiciones meteorológicas, óptimas para la propagación de esta epizootia que afecta al ganado ovino sin consecuencias para el consumo humano, y que se contagia por la picadura del mosquito culicoide, hay que insistir en la prevención.
La nota remitida ayer a las organizaciones ganaderas, colegios veterinarios y asociaciones de defensa sanitaria recomienda mantener limpias y fumigadas las explotaciones, poner mosquiteras en los establos, retirar la basura de éstos y mezclarla con superfosfato de calcio. También recomienda el uso de un insecticida de larga duración sobre los animales cuando sea posible y guardarlos por la noche en el establo.
Moner subrayó que con estas medidas y tras la campaña de vacunación puesta en marcha en las Islas el año pasado se puede evitar la aparición de la enfermedad en Balears, «que tantas pérdidas ocasionó al sector».
Recordó que en 2003 se detectaron 16 focos de esta enfermedad en Menorca, único lugar de Balears afectado, quedando controlado el último de ellos el pasado 8 de diciembre. Como medida preventiva se vacunaron 322.389 ovejas en todas las Islas (279.775 de Mallorca, 27.288 de Menorca y 16.187 de Pitiüses). El movimiento de ganado entre las Islas está abierto, no así con la Península.
Informó de que desde la Conselleria se han trasladado al sector las medidas que se adoptarán para permitir la salida de terneros desde Menorca hacia Mallorca, ya que la primera no tiene capacidad de engorde, para evitar la acumulación de terneros del año pasado. La Consellería realizará de forma gratuita los análisis de los terneros que salgan hacia Mallorca y se abonará una prima por animal de 30 euros en concepto de mantenimiento para evitar sacrificios masivos.