La fundación sin ánimo de lucro Cirujanos Plástikos Mundi celebró ayer noche en el Castillo Hotel Son Vida una cena benéfica de gala para recaudar fondos y así poder continuar con su labor de devolver la sonrisa a aquellos niños que padecen malformaciones congénitas y enfermedades degenerativas en países del Tercer Mundo como Kenia, la India, Chad o Etiopía.
La velada comenzó a las 21.00 horas con un cocktail de bienvenida en la terraza principal del hotel. Allí, el organizador de la gala, el doctor y presidente de la fundación, Javier Beut, saludó a los asistentes. Beut ha conseguido reunir en Palma a colegas suyos de Kenia, Tanzania y Uganda para proporcionarles la formación sanitaria que les permita lograr a largo plazo su autosuficiencia en lugares del mundo donde se precise.
Al evento asistieron diferentes personalidades, en su mayoría gente relacionada con el mundo de la medicina, como la cirujana Madelene Long o el presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Balears, el doctor Alfonso Ballesteros; gente de la sociedad mallorquina y políticos, como Josep Corcoll, director general de Planificació i Finançament del Govern; Antoni Contestí, director general de Relacions Institucionals del Govern, o Magdalena Contestí, directora general de Cooperació del Govern. También acudieron al acto miembros de Plástikos Mundi, como el catedrático de la UIB y vocal de la asociación Andreu Palou. Fueron unas 200 personas las que asistieron a la cena benéfica, colaborando así con este proyecto humanitario.
Sobre las 22.30 horas, los invitados pasaron al comedor del hotel Son Vida, donde tuvo lugar la exposición de los proyectos realizados por Cirujanos Plástikos Mundi en el Tercer Mundo y Latinoamérica con los fondos obtenidos en las galas del año pasado. A continuación tuvo lugar la entrega de premios del torneo de golf, así como la entrega del Premio Humanidad al Profesor Hinderer por sus 50 años de dedicación al mundo de la cirugía reconstructiva. El premio se lo entregó Josep Corcoll. Al final hubo un sorteo de grandes regalos aportados a la fundación por empresas mallorquinas.
Jéssica Hernández