Letizia Ortiz, la princesa de Asturias, se convirtió ayer por la mañana en la protagonista de la segunda jornada de la décima edición de las Regatas Breitling. Letizia llegó a Palma el viernes noche, mientras su marido, el príncipe Felipe lo hizo el mismo día, pero por la mañana, para hacerse con la caña de la embarcación CAM con la que compite. Si la reina Sofía durante el viernes protagonizó las imágenes más entrañables y simpáticas al aparecer con sus cinco nietos por el campo de regatas a bordo de la lancha Somni, en esta ocasión la sorpresa, casi esperada por todos los periodistas, fue la aparición de Letizia Ortiz, Iñaki Urdagarín y Jaime de Marichalar, quienes con la Reina y los pequeños de Marivent saludaron al Rey que iba a bordo deBribón, el príncipe Felipe que iba en el CAM y en el Azur de Puig, la duquesa de Palma de Mallorca, Cristina. Quien por cierto, ayer fue su onomástica. Radiante y especialmente guapa, la infanta Cristina llegó a los pantalanes de Puerto Portals poco después que su padre, a quien saludó con dos besos, y momentos antes que el príncipe Felipe.
Sin duda alguna la gran noticia social de la segunda jornada de estas regatas fue la presencia, por primera vez, como miembro de la Familia Real española, de Letizia en unas competiciones celebradas en aguas de Mallorca. Junto a la Reina y los pequeños, Letizia, escoltada por Iñaki Urdangarín y Jaime de Marichalar, no se movió del sitio, de la colchoneta de la Somni, durante todo el tiempo que estuvo en la regata. Vestida con unas bermudas blancas y camiseta polo a juego, se protegía del sol con una visera de color verde, con una leyenda que decía «San Diego, California» y unas gafas de sol. Por unos instantes, recordé el parecido físico que tiene doña Letízia con la bella Rania de Jordania, por su extrema delgadez. Por otro lado, los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, acudieron anoche a la cena de tripulaciones que se celebró en el Castillo Militar de San Carlos en Portopí. Hoy domingo, el rey Juan Carlos, no podrá participar en las regatas debido a los actos que se celebran en Santiago de Compostela con motivo del Año Xacobeo.
Julián Aguirre