Los Douglas al completo abandonaron ayer la Isla. Fue un día triste para ellos. Eric, hermanastro de Michael -era el hijo menor de Kirk con su segunda esposa-, había muerto en la víspera, por lo que tan luctuoso suceso les obligó a adelantar la partida.
Así que ayer por la mañana, sobre las once, todos, Michael -calzón corto y gafas ocuras-, Cameron, su amiga, Dylan y Cyras Zeta, y sus respectivas nurses, abandonaron s'Estaca en dos coches, precedidos de un tercero, cargado de maletas, que llegó antes conducido por Joan, el guarda de s'Estaca.
A los pocos minutos de llegar a la flamante terminal de vuelos privados, aterrizó un reactor, procedente de Roma, a bordo del cual viajaba Zeta Jones, que de este modo se unía la grupo, que a la media hora subía a bordo.
La salida de la familia Douglas de la terminal fue de lo más cómica, todo porque los de la compañía privada de aviación con la que suelen volar parece que han visto muchas películas. Así que colocaron la furgoneta en la que debían llevarlos al reactor delante de la puerta por la que debían salir. Como podían ser vistos desde otro punto, aparcaron otra furgoneta encima de la acera para que impidiera la visibilidad desde ese lugar. Y por si fuera poco, el responsable de dicha compañía y un subordinado se colocaron delante, en fila india, como si recibieran el pésame. Naturalmente, aparte de hacer el ridículo y poner de manifiesto un servilismo que nada tiene que ver con la profesionalidad que requiere este tipo de trabajo, no consiguieron nada, pues he ahí las fotos de cuando llegaron y de cuando embarcaron. ¡Pobres! Siempre les pasa lo mismo. Se montan la película y al final quedan en evidencia ante el «roto» que se les hace a sus clientes.
Al margen, observen que Zeta Jones, de negro, llevaba una pamela estampada y no paraba de hablar por el móvil. Por delante de ella iban Dylan y su nurse. El último en subir a la aeronave fue Cameron, que lo hizo por detrás de su padre Michael.