A la una de la madrugada de ayer había casi tanta gente dentro del recinto de la Feria de Abril, recién inaugurada, como fuera. Junto al cementerio se concentró un espectacular grupo de jóvenes en torno al «botellón». Un extraño escenario para estas fiestas nocturnas sometidas al alcohol. De lo que se trataba era de «coger ambiente» antes de hacer la entrada en la Feria de Abril, donde los precios por copa son tan altos como en cualquier otro local de Palma en cualquier otra noche del año.
Junto a sa Riera, desde la calle Alemany Vich hasta el Passeig Mallorca, surgían otros grupos de jóvenes, algunos todavía adolescentes, con el mismo objetivo: beber por un módico precio. Desde las ventanas de las viviendas próximas se repetían las quejas por tan molesta actividad nocturna. El «botellón» suele ser impredecible. Surge cerca de los núcleos de marcha. Y la marcha, durante los próximos días, se concentra en la Feria de Abril.
El Ajuntament de Palma prepara una normativa para evitar estos encuentros juveniles en torno al alcohol.