LL. LORENZO
La junta de acreedores de la empresas mallorquina Miret aceptó ayer
al acuerdo de reducir a un 20% la deuda de dos millones de euros
que reclama a sus responsables con el objetivo de cobrar un total
de 400.000 euros en el plazo de tres años, según confirmaron ayer
fuentes vinculadas al sindicato USO. El «quite» de la deuda,
propuesto por la propia empresa y que debe ser ratificado por el
juez, permitirá a Miret, en quiebra desde junio de 2003, reiniciar
sus actividades y asegurar el empleo a parte de sus trabajadores.
La mayoría de la plantilla ha sido recolocada, y varios de sus
integrantes, se han prejubilado. No obstante, tras ese acuerdo,
Miret podrá hacerse cargo de los 30 días de indemnización por año
trabajado.
El grupo de empresas Miret y sus trabajadores habían llegado a un acuerdo para reiniciar la actividad en el 2004 el pasado mes de octubre. Entre los principales acuerdos destacaban el levantamiento de la quiebra, la readmisión de 18 trabajadores y el pago de las «indemnizaciones privilegiadas» a los despedidos. Así lo confirmó en su momento el administrador del grupo de empresas, Julià Puig. En junio de 2003, las sociedades Miret Piel de Cristal, Refrescos Mallorquines y Begudes Fresques, las cuales integran el Grupo Miret, presentaron la bancarrota voluntaria a causa de la imposibilidad de hacer frente a la deuda de 4,2 millones de euros contraído con diversas entidades bancarias. La empresa consideró que «el acuerdo llegado con los trabajadores permite desbloquear la situación y abrir un nuevo camino hacia el reflote de la empresa».
El Tribunal de Arbitraje y Mediación de les Illes Balears (TAMIB) fue el escenario del acuerdo. «Readmitir a los trabajadores que llevan más de 15 años, respetando la antigüedad, puestos de trabajo y salarios», explicó Julià Puig, «además de pagar las indemnizaciones privilegiadas a los despedidos, son los principales acuerdo». Si va todo bien, según las fuentes consultadas por este diario, Miret podría volver a abrir las puertas para Pascua del 2004. Miret es una empresa centenaria y con gran arraigo en las Islas, por ello, su quiebra causó una gran sorpresa.