Ello significa que, durante la vigencia del Plan, los ayuntamientos sólo podrán aumentar el suelo disponible para construir viviendas un tres por ciento sobre lo que ya tengan construido. Sin embargo, el Consell cree que este porcentaje puede ser muy limitado, sobre todo si se tiene en cuenta que, desde que se aprobaron las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), ya hay municipios que han agotado este cupo y otros muchos están a punto de hacerlo. En esta situación, el crecimiento de muchos municipios de Mallorca quedaría estancado sin posibilidad de construir nuevas viviendas.
Ésta es la situación que se pretende evitar con las zonas de reserva de los municipios. En aquellas situaciones en las que haya posibilidad de colapso urbanístico, el Consell podría autorizar a determinados municipios un crecimiento adicional en este nuevo tipo de suelo. Los responsables del Consell están estudiando ahora hasta qué porcentaje elevan estas zonas de reserva. Las DOT permiten llegar hasta el diez por ciento, es decir, quedaría un siete por ciento de reserva, pero la institución insular no quiere agotar el límite que fijan las Directrices. Por esta razón el porcentaje quedará lejos del diez por ciento permitido.
Una de las dudas que genera esta nueva calificación de suelo es quién será la autoridad que decida dónde se ejecuta el suelo de reserva. Los responsables del Consell de Mallorca todavía no han tomado la decisión de si esta liberación de terrenos será facultad del pleno, de la Comissió Insular d'Urbanisme o del propio Consell Executiu de la institución insular.