PEDRO PRIETO
A medianoche del domingo, la falla del Coll den Rebassa quedó
convertida en pura ceniza. En realidad fueron dos fallas, la
infantil, cuya cremà tuvo lugar a las 21 horas, y la de los
mayores, que comenzó a arder puntualmente una hora después, tras
haber sido rociada con gasolina. Más de mil personas fueron
testigos de ambas cremàs, entre ellas el alcalde de Palma, que a
mediodía, con Jaume Matas, se había acercado al Coll a darle un
tiento a la paella que la comisión fallera había condimentado para
un millar de comensales.
Ambas fallas habían sido construidas en Valencia, trasladadas en barco a Palma y montadas en la calle Illa de Rodes (Ciutat Jardí) el jueves pasado.
Y si antes de la cremà hubo fuegos artificiales que llenaron el cielo de colores y ruidos, mientras la mayor ardía, los valencianos cantaron el himno a Valencia y... ¡Hasta el año que viene!