E.BALLESTERO/L.P./C.M.
Inca amaneció ayer cubierta de un espeso manto de nieve. Tejados
blancos, calles resbaladizas y mucho, mucho frío. Los escolares
comenzaron la jornada con normalidad hasta que pasadas las 10.30
horas la dirección de los distintos centros decidió anticipar el
regreso en autocar de los alumnos procedentes de otras poblaciones.
Así, a medida que avanzaba el día eran más los chicos y chicas que
disfrutaban de un día casi festivo organizando guerras de
nieve.
La nevada era el tema principal de conversación en las casi desiertas calles y bares y es que eran pocos los que se atrevían a sacar la nariz a la vía pública en medio de una importante nevada que cayó de forma casi continua hasta que ya al mediodía fue remplazada por fuertes rachas de viento que aumentaron a medida que avanzaba la tarde.
Los vecinos de Selva, Campanet, o Sineu se despertaban también con una típica estampa navideña en sus calles. En Selva los copos cayeron de forma constante hasta el mediodía en que se despejó el cielo. La nieve se mantuvo en los campos durante toda la jornada. En Campanet la situación fue muy similar.
Los más lanzados, que quisieron acceder a Lluc para disfrutar de la nieve, tuvieron que hacerlo con cadenas. Los accesos al Puig Major solo se permitían mediante el uso de cadenas desde Caimari, el Mirador de Ses Barques y Pollença.
Los problemas que presentaban las carreteras animaron a los vecinos de la zona a desplazarse en tren. La carretera de Bunyola a Alaró fue cortada a la altura de Orient y el traslado por el resto de carreteras transcurrió con algunas retenciones y marcada por la precaución ya que la bajada de temperaturas provocó la formación de algunas placas de hielo. Hubo algunos sustos en la carretera.
En las localidades de Consell, Santa Maria, Binissalem y Alaró, los vecinos se tuvieron que conformar con agua nieve y es que salvo en los campos y en las zonas más altas de Alaró la nieve apenas llegó a cuajar.