El Ajuntament de Palma ya ha decidido qué proyecto se llevará a cabo en la futura Falca Verda que se extenderá desde el Passeig Mallorca hasta la Vía de Cintura y al que ha presentado, además, una serie de sugerencias muy bien encaminadas. Todos los palmesanos estarán de acuerdo en que la realización de este macroparque tan cercano es la gran opoturnidad de contar con un espacio verde "imprescindible, ciertamente, en nuestra ciudad" que no se limite, como tantos otros parques, a unos cuantos árboles, bancos y juegos infantiles.
La disponibilidad del espacio "trescientos mil metros cuadrados" permite proyectos mucho más ambiciosos, que sitúen esta Falca Verde palmesana a la altura de algunos de los mejores parques públicos de Europa.
Desde Cort se sugiere la construcción de un planetario, un museo de la ciencia, un recinto avifauna, un quiosco musical, bares y venta de prensa, además de los clásicos elementos para niños.
Todo ello debe acogerse con satisfacción, por cuanto refleja el esfuerzo que desde las instituciones se está realizando para que este proyecto, largamente esperado, se convierta "aunque tarde" en una realidad atractiva, sugerente y que constituya una verdadera alternativa de ocio para los palmesanos y visitantes. Pero lo más importante es que no se desaproveche esta oportunidad historica y se haga un parque que no sólo guste al equipo de gobierno de Cort. Hay que lograr una Falca Verde de todos y para todos.
Todavía queda por decidir si el parque será una zona abierta o se cerrará. En este sentido cabe remitirse a la experiencia de otros países europeos, con gran tradición en cuestión de parques, que optan por los espacios cerrados que por las noches quedan protegidos contra el gamberrismo, la prostitución callejera y el asentamiento de marginados. Es una opción seria que habría que analizar con cuidado.