El destructor norteamericano Laboon, equipado para la guerra nuclear, química y bacteriológica, llegó ayer a la bahía de Palma, donde permaneció unas horas. Su visita es la primera de una unidad de importancia de la USS Navy este año y se vio rodeada de especiales medidas de seguridad. El mando del buque rehusó atracar en un espacio asignado en el Dique del Oeste por la Autoritat Portuària para tres días ante las exigencias del Pentágono en materia de seguridad.
Esta circunstancia ha determinado la práctica ausencia de visitas de la Sexta Flota que ha optado por atracar en Tarragona donde cuenta con un espacio propio cedido en concesión. Alternativa inviable en Palma, por la falta de espacio, debido a la saturación del tráfico comercial y turístico. El Laboon pertenece a la nueva clase Arleigh Burke, una de cuyas unidades fue víctima del atentado terrorista en Adén mediante el impacto de una lancha bomba y que provocó numerosas bajas entre la dotación, integrada por 303 tripulantes.
Entre su armamento destacan los misiles Tomahawk, susceptibles de portar armas atómicas de 200 kilotones y acertar un blanco preseleccionado a una distancia de 1.300 kilómetros. Producto de un diseño asistido por ordenador, este buque pertenece a la nueva tendencia naval de baja visibilidad al radar y destaca por sus superficies planas y angulosas. Propulsado por cuatro turbinas de gas capaces de suministrar 100.000 c.v. puede superar los 30 nudos de velocidad.